Cada 10 de Octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental y se elige un lema, este año es “Salud mental y bienestar, una prioridad global”. Esta celebración llega en un momento en que nuestras vidas cotidianas se han visto considerablemente alteradas como consecuencia de la pandemia por COVID-19.

Más allá de las medidas o políticas generales que puedan tomar los estados para favorecer la salud de las personas, el bienestar a nivel de la Salud Mental continúa siendo un hecho singular. El surgimiento de la pandemia trajo aparejadas crisis de múltiples formas sobre las que concebimos y habitamos el mundo. La situación sanitaria actual que atraviesa nuestro país tiene efectos no sólo a nivel físico, sino también en lo psíquico, en la población general.

Desde la salud mental concebimos que una crisis es un cambio brusco sobre algún aspecto y se da cuando una situación estable incorpora un cambio significativo de índole negativo. Es un suceso inesperado e infrecuente, impactante y/o destructivo que afecta la calidad de vida y sobrepasa la capacidad habitual de respuesta efectiva. La crisis circunstancial que estamos viviendo tiene algunas características:

  • Es repentina: aparece de golpe.
  • Es inesperada: no puede ser anticipada.
  • Es urgente: pues amenazan el bienestar físico o psicológico.
  • Masiva: muchas crisis circunstanciales afectan a muchas personas al mismo tiempo (por ejemplo: desastres naturales)
  • Se vivencian diferentes emociones que son reactivas al momento actual, irrumpe, hay inestabilidad e incertidumbre.

Frente a situaciones es esperable que aparezcan momentos de estrés. El estrés es el conjunto de reacciones (biológicas, psicológicas) que se desencadenan en el organismo cuando éste se enfrenta de forma brusca con un agente nocivo. Se trata de un estado de tensión defensivo con características reorganizativas, que se manifiesta con todo tipo de síntomas físicos y psicológicos.

Luego de un desastre o una crisis, se produce un estrés adaptativo en todas las personas, que sirve para enfrentar esta situación. Si este estrés-ansiedad es muy grande puede ser perjudicial para las diferentes actividades que cada sujeto debe realizar (World Mental Organization, 2020).

Esta experiencia ha traído diferentes desafíos para la sociedad en general. Cada individuo se ha visto inmerso en cambios constantes en la vida cotidiana. Estas modificaciones han significado para el personal de salud, que presta sus servicios en circunstancias difíciles, cambios de funciones, horarios y enfrentarse a un virus que hasta hace poco era desconocido. Los niños, niñas y adolescentes han tenido que adaptarse a las clases a distancia, inmersos en un mundo virtual, con escaso contacto con profesores, compañeros y amigos, llenos de ansiedad sobre su futuro; mientras que otros ni siquiera cuentan con los medios tecnológicos mínimos para poder continuar con su educación. Por otro lado, encontramos trabajadores cuyos medios de vida se ven amenazados, o se han perdido; así como numerosas personas que se han visto atrapadas en la pobreza con muy poca protección contra la COVID-19 y contra la crisis económica que golpea a nuestra sociedad. Estos cambios también han afectado a las personas con afecciones de salud mental, muchas de las cuales están todavía más aisladas socialmente que antes. Así mismo, algunas personas se han visto enfrentadas a procesos de duelo por las pérdidas de seres queridos, a veces sin haber podido despedirse como hubieran deseado.

Por todo esto, la campaña del Día Mundial de la Salud Mental de este año busca conseguir el incremento de las inversiones a favor de la salud mental, entendiendo que esta pandemia por COVID-19, no es sin consecuencias a nivel psíquico.

Entonces ¿Qué podemos hacer?

En este contexto, cada sujeto, sin importar su edad, tendrá formas particulares de hacer frente a esta situación única. ¿cómo pensar ideas generales o crear acciones globales en un fenómeno que se vive de forma tan particular? ¿cómo favorecer que cada sujeto pueda crear maneras singulares de atravesar esta crisis sin montos excesivos de angustia o inclusive con cierto alivio?

 

Creemos que las relaciones, los lazos, los contactos, el contacto mismo con el cuerpo del otro, se han visto extremadamente modificados en estos tiempos, pero, al mismo tiempo, son estos lazos los que están permitiendo a muchas personas atravesar esta situación de una manera menos sufriente. Esta pandemia ha afectado todo tipo de relaciones: familias que conviven mucho más tiempo que antes; familiares que no pueden verse o tienen que hacerlo a distancia, a veces con la presencia de los cuerpos, pero sin poder tocarse; amigos que tratan de sostener sus lazos, pero que cada vez se comunican menos; adolescentes que pasan mucho menos tiempo con sus pares; niños que extrañan la escuela… porque ese es el espacio en donde se encuentran con sus amigos. Por otro lado, hemos percibido que cada sujeto ha podido ir creando alternativas en función de lo que ha ido necesitando, o de lo que las restricciones y los medios digitales le han ido permitiendo. Reuniones virtuales, tanto de adultos, como de adolescentes o niños, nueva o renovada solidaridad entre vecinos, nuevos encuentros en función de distancias y acciones de cuidado, salidas a hacer deporte, encuentros en espacios abiertos, visitas a familiares a la distancia, inclusive el festejo de cumpleaños y fechas importantes a través de medios virtuales, celebraciones de la vida… invenciones, maneras de sostener nuestras relaciones afectivas, pero de una manera novedosa, diferente.

Entonces, más allá de las dificultades, ¿cómo se las va arreglando cada uno, cada una, para poder seguir manteniendo vivas las relaciones con los demás? ¿qué medios, qué invenciones vamos creando para poder sostener estos lazos? ¿cómo vamos creando nuevas redes de este entramado, que nos permita sostenernos los unos a los otros en estos tiempos?

 

Es fundamental que el aislamiento físico que se está llevando a cabo, necesario para cuidarnos colectivamente, no implique aislamiento social ni debilitamiento de redes, por el contrario, más que nunca, necesitamos de información, orientación, acompañamiento y fortalecimiento de redes y referencias institucionales y colectivas territoriales, a fin de sostenernos como familias y sociedad.

En este sentido, se propone diferenciar el aislamiento del individualismo, en tanto el aislamiento es una medida de salud colectiva, que incluye al otro. El aislamiento no es “arreglárselas solos y como se pueda”, por el contrario, el cuidado de la salud requiere siempre de estrategias colectivas. Por eso, es importante la construcción y sostenimiento de redes sociales (amigos, familias, vecinos) y referencia con redes institucionales (escuela, centro de salud, hospital, municipio, centro de jubilados, centros de día), así como sostener todo aquel espacio del cual se venía participando o del que se haya comenzado a participar a partir de este contexto (siempre con los cuidados que cada actividad requiere).

 

A partir de todo esto surge una pregunta ¿es posible la aparición de cierto bienestar a partir de esta amplia variedad de relaciones que cada persona podrá ir creando o recreando?

 

Se considera que es un momento oportuno para propiciar el diálogo en las familias, dar lugar a las voces de niños, niñas y adolescentes, adultos y adultos mayores. Fortalecer y revalorizar los lazos sociales de amistad, vecindad, laborales y compañeros en general.

 

Como propuestas de los equipos de salud mental, se plantea el desafío y la oportunidad de crear espacios acotados, inclusive podrían ser de hasta 10 minutos, en los cuales las personas puedan hablar de lo que emocionalmente les está sucediendo. En las familias, en las escuelas, en los lugares de trabajo. Estos espacios posibilitan un encuentro con otras personas en tanto entendimiento del sufrimiento, así como para poder nombrar y localizar los recursos con los que cada persona cuenta para atravesar estas situaciones.

 

El trabajo del Equipo de Salud Mental en pandemia

 Se trata de equipos interdisciplinarios compuestos de profesionales de psiquiatría infanto juvenil, psicología infanto juvenil, fonoaudiología, psicopedagogía y trabajo social. Estos profesionales en distintos efectores, se han visto en un constante repensar los modos de abordaje en función de la crisis sanitaria y las distintas características que la misma ha ido presentando.

Desde el primer momento del aislamiento se puso en marcha la “Red de Contención Telefónica de Salud Mental en el marco de COVID-19”, que trabaja para dar lugar a todas aquellas inquietudes, temores y ansiedades que se presentan como reacciones esperables ante la pandemia, pero que producen una disrupción en la persona. El objetivo es brindar contención psicológica de orientación y apoyo de salud mental específica, exclusiva en contexto de pandemia. Cuenta con referentes en todo el territorio de la provincia y también brindó atención a los afiliados que fueron repatriados desde otras provincias o países, y debieron aislarse temporalmente en hoteles.

 

Para las situaciones que requieren una atención más prolongada o cuando los motivos de consulta son diferentes o exceden el contexto de la pandemia, se continúa con el espacio de Admisión en Salud Mental para que las personas puedan acceder a tratamiento psicológico y/o médico psiquiátrico de una forma orientada y acorde a su situación.

 

A nivel hospitalario, desde el servicio de Salud Mental del Hospital El Carmen, se han realizado abordajes grupales con el personal sanitario de dicha institución, médicos, enfermeros, camilleros, personal de limpieza y seguridad, administrativos. Asimismo, se ha brindado abordaje y acompañamiento a las personas que han requerido internación por presentar COVID-19. La atención de guardia de salud mental en la guardia general del hospital se encuentra activa a fin de abordar situaciones de urgencia que no han podido ser resueltas en otros dispositivos ambulatorios, previendo la atención y el cuidado pertinente respecto del Covid 19. Actualmente se encuentra activo un consultorio de atención y acompañamiento de demanda espontánea para el personal del hospital.

 

En Hospital Fleming, ha desarrollado su atención de modo virtual en la mayoría de las situaciones, de acuerdo al criterio clínico, y de modo presencial en los casos que se ha requerido. Los dispositivos de atención guardia y seguimiento de guardia, interconsulta en internación, consultorio externo con atención en Hunuc Huar, taller de cuentos, que en contexto de pandemia, se ha realizado con modalidad virtual, dando continuidad al trabajo desde allí, terapia de familia, reuniones semanales de equipo, supervisiones de situaciones en atención, acompañamiento de personal de salud mental en situaciones que así lo requieren en función del contexto, articulación con efectores externos y red asistencial y comunitaria. Desde septiembre, por emergencia sanitaria, el Hospital Fleming y el servicio de salud mental se encuentra atendiendo interconsultas de adultos con Covid internados allí, y por tal motivo, se ha suspendido temporalmente la atención de niños y adolescentes en guardia y en la internación. Dicha población, actualmente es atendida en el Hospital Notti.