El 18 de febrero se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger con el fin de concientizar sobre esta enfermedad para que la sociedad sepa cómo se desenvuelven estas personas. 

Es un trastorno de desarrollo de origen neurobiológico que se caracteriza por la dificultad de socialización de los chicos, con algunas dificultades en la comunicación. Una de las pautas más características es que tienen intereses muy restringidos y un cociente intelectual de normal a alto.

El diagnóstico, lamentablemente, suele ser tardío. Por lo general el niño se encuentra en edad escolar. Son chicos que tienen una inteligencia normal, que académicamente están muy bien en la escuela pero fallan en la interacción social. Así por ejemplo no son de juntarse con los amigos ni jugar con los demás, tienden a estar aislados y no les gusta que los toquen o abracen.

Durante la conversación, uno puede escucharlos hablar y mantienen cierto relato pero en general tratan de desviarse a su tema de interés.

Son chicos que vemos físicamente normales, no tienen ningún rasgo e incluso neurológicamente no poseen nada específico que los determine porque la dificultad es funcional, es en la práctica.

El lenguaje es otra característica, es monótono, tiene la misma entonación.

El diagnóstico

El diagnóstico es clínico a través de la charla con los padres y con test puntuales que realiza el área de Psicopedagogía.

Lo fundamental es que sea precoz, temprano, para recibir estimulación específica en su dificultad que en general radica en la relación con el otro, en la empatía.

Si son diagnosticados desde pequeños se puede trabajar con diversas áreas para que al ingreso escolar cuenten con un mayor grado de sociabilización.

Si no reciben tratamiento, algunos sufren bullying. Pueden presentar alguna torpeza motriz, por lo que no son buenos en los deportes; son muy inteligentes pero no se relacionan por lo que son propensos ha que les hagan bromas, los gasten o hasta les peguen porque les cuesta defenderse.

No hay medicación específica. Los tratamiento son particularmente en ellos. Cuando son muy chiquitos mejoran el contacto con la mirada, lo que se llama atención conjunta que uno tiene con la mirada cuando habla con el otro.

A medida que van siendo más grande se desarrollan pautas de sociabilización y de mejor comunicación con los demás.

Hay chicos que hay que enseñarles a saludar, a decir hola y chau, cómo se tienen que manejar en ciertas situaciones sociales, cómo manejarse en un cumpleaños.

Cosas que los otros niños lo hacen de forma natural y normal, en ellos hay que enseñarles a través de Talleres de Recreación de situaciones sociales para que aprendan qué hacer, no se pongan nerviosos y eliminen su timidez. Si están entrenados la pasan mejor.

Hay muchos adultos que nuncan fueron diagnosticados y que a veces son esas personas que por ejemplo les encanta la computación y que pasan todo el día frente frente al monitor y no tienen relación con sus pares. Son profesionales muy exitosos en lo que hacen, son muy inteligentes y predispuestos en el área de su interés pero su falla es en lo social entonces les cuesta formar una familia porque no se pueden relacionar con el otro, llegar a esa empatía y poder entenderse.

Uno nace con esta patología y muere con ella. Es un trastorno que requiere de un trabajo continuo de quien tiene esta enfermedad para facilitar sus relaciones sociales, cosa que a medida que vaya pasando los años les cueste menos entablar relaciones.

Pero siempre ante situaciones nuevas o de estrés surgirá el trastorno que ya traen con ellos. Obviamente que siempre será mejor para hacerle frente que cuenten con herramientos y estrategias para manejarse.

En OSEP

Desde OSEP ponemos a su disposición el área de Neurología en la que se realiza el diagnóstico clínico del paciente y están las áreas de Psicología y Psicopedagogía para los test específicos.

¿Cómo podemos actuar?

  • Reflexionar sobre los desafíos sociales que afrontan estos chicos  todos los días e intentar ponernos en el lugar de una persona que genuinamente no los comprende ni sabe cómo manejarlos.
  • Interesarse  por conocer bien a la persona, sus gustos, sus puntos fuertes y débiles, y las cosas que son importantes para ella.
  • Comprender que sus modos o experiencias pueden ser  muy distintas de lo “convencional”.
  • Utilizar un lenguaje  directo y concreto, sin ambigüedades o dobles sentidos.
  • Entender que los comportamientos de la persona o el niño no son caprichosos o intencionados. Reflejan una manera distinta de comprender y desenvolverse en el mundo.