Un profe en la cima del Continente

Marcelo Baltolina es profesor de Educación Física y encargado de Trekking de OSEP. Durante el año es parte de las salidas grupales organizadas para trabajadores de la Obra Social. En sus vacaciones cumplió un gran reto personal: hacer cumbre en el Aconcagua.

Por iniciativa del programa Salud + Recreación, un grupo de personas que se desempeñan en diferentes áreas de OSEP participan de caminatas saludables por distintos atractivos geográficos de Mendoza, especialmente en la cordillera.

Los encargados de coordinar el desarrollo de las actividades físicas son los profesores Javier Domínguez, Sebastián Adrover y Marcelo Baltolina, referentes del área de Educación Física de la Obra Social.

Estas actividades se realizan con la intención de fomentar una vida con buenos hábitos, fortalecer el vínculo humano y el sentido de pertenencia con el logro de pequeños objetivos grupales, un terreno en el que Marcelo se ha vuelto todo un referente para sus compañeros de trabajo.

Ayer todos celebramos su hazaña, ya que desde el coloso mendocino llegaba la novedad. Una foto desde la cumbre lo dijo todo: el gran objetivo cumplido, hacer cumbre en el techo de América.

El ascenso

La expedición comenzó el 11 de enero, saliendo de Mendoza hacia Horcones, lugar donde se dejan los vehículos para ingresar al Parque Aconcagua.

Luego de realizar el ingreso formal o check in, comenzó la caminata hasta Confluencia, el primer campamento, ubicado a 3500 metros sobre el nivel del mar. Allí se arma campamento para salir al día siguiente hacia el campamento base, en Plaza de Mulas, a 17 kilómetros y a una altura de 4300 metros.

Luego de un día de descanso se asciende al Cerro Bonete, de 5000 metros sobre el nivel del mar, para realizar el período de aclimatación a la altura.

Al día siguiente se comienza a pisar el Coloso de América, tomando como primer destino el Campamento Canadá, de 4800 metros de altura, para pernoctar y continuar al día siguiente hacia el Campo Nido de Cóndores, ubicado a 5560 metros.

Luego llegó otro día de descanso, muy necesario para realizar la aproximación al Campo Cólera, de 6000 metros, con el fin de aclimatar y regresar al destino anterior, el Nido de Cóndores, desde donde se comenzó el ascenso al Centinela de Piedra, el domingo 19 de enero a las 3:00 de la madrugada y llegando a la ansiada cumbre, de 6.960 metros de altura, a las 12:30 horas.

Todo un logro y orgullo para nuestro profesional y compañero de tareas en OSEP.

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