En el marco del Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar de Obstrucción Crónica, OSEP San Rafael sigue apostando al fortalecimiento del programa que asiste a sus pacientes.
Se trata de un servicio que funciona desde hace 13 años y realiza un trabajo de rehabilitación cardiopulmonar. Se encuentra a cargo de un equipo interdisciplinario de profesionales, conformado por nutricionistas, enfermeros, profesores de Educación Física y un cardiólogo.
Las actividades se desarrollan en el SUM de la Sede de San Rafael, están dirigidas a pacientes que padecen patologías cardíacas o EPOC y tienen por objetivo mejorarles la calidad de vida.
Actualmente el espacio territorial cuenta con 4 pacientes con esta enfermedad, con edades entre 50 y 70 años, tres con EPOC moderado y uno con EPOC moderado-grave.
El licenciado Ángel García es profesor de Educación Física y trabaja permanentemente con este grupo de pacientes. Al respecto aseguró que “es reconfortante para el equipo de trabajo ver que todos los pacientes se encuentran con una mejor calidad de vida desde que iniciaron el tratamiento”. Además aseguró que los resultados ratifican que el programa está logrando sus objetivos.
Acerca de la enfermedad
La EPOC es una enfermedad pulmonar con la que se obstruye de forma permanente el flujo aéreo. En muchos casos, las personas que tienen esta patología no lo saben. Esto no tiene que ver exclusivamente con que no se hayan realizado este control, sino con que adaptaron su vida a estas dificultades.
Es una enfermedad que no siempre se llega a diagnosticar y puede ser mortal. Por esta razón es importante la realización de una espirometría, con el fin de medir la capacidad de transportar aire a las vías respiratorias, siendo el método más efectivo para su diagnóstico. Además, el examen mide el volumen de una respiración efectuada con un máximo esfuerzo y la rapidez con que se respira.
La principal causa de la EPOC es la exposición al humo de tabaco (fumadores activos y pasivos) y se manifiesta con mayor frecuencia a partir de los 40 y 50 años.
Los síntomas más frecuentes son la disnea (dificultad para respirar), la tos crónica y la expectoración con mucosidad.
Cabe destacar que la EPOC no es curable sino tratable, a través de broncodilatadores que van a mejorar la respiración y la realización de actividad física. El tratamiento puede aliviar los síntomas, mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de muerte.