Como cada año, durante marzo la Obra Social hace foco en el cuidado de la salud de sus afiliadas. Este año el Programa Ser Mujer realizará actividades de concientización con el objetivo de informar y educar sobre la prevención de las enfermedades que más las afectan.
Mediante stands saludables en diferentes puntos de la provincia equipos interdisciplinarios de profesionales de OSEP realizarán consultorio abierto de Ginecología y brindarán información sobre hábitos saludables y salud sexual y reproductiva.
Las actividades se llevarán a cabo en horario de 8 a 11, según el siguiente cronograma:
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- 8/03 – Puerta del Hospital Fleming, Ciudad de Mendoza
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- 9/03 y 10/03 – Plaza 9 de Julio, San Rafael
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- 10/03 – Paseo de la Patria, San Martín
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- 11/03 – Plaza Departamental de Luján de Cuyo
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- 12/03 – Plaza Departamental de Tupungato
Por otra parte, OSEP se suma a las actividades organizadas por la Cámara Empresaria de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de la Ciudad de Mendoza junto a comercios y emprendedores mendocinos en el marco del Día de la Mujer.
La Obra Social acompaña esta iniciativa con la campaña “HOY podés salvar vidas”, la colecta de Sangre que en forma periódica realiza el Servicio de Hemoterapia del Hospital El Carmen.
Desde el lunes 8 al jueves 11 de marzo, de 10 a 14 horas, mendocinos y se podrá donar en forma voluntaria en Calle San Martín y Córdoba, de Ciudad (Alameda).
Enfoque en la prevención del VPH para evitar el cáncer de cuello uterino
El virus del papiloma humano puede afectar a cualquier persona, sin embargo, muchas nunca han oído hablar de él. “Aunque algunas de estas infecciones pueden provocar cánceres que amenazan la vida, la buena noticia es que juntos podemos detener el virus” explicó el doctor Horacio Vargas, jefe del Departamento de Salud Integral de la Mujer de OSEP.
El HPV (por sus siglas en inglés) es la infección de transmisión sexual más común en el mundo. Existen más de 200 tipos diferentes, algunos de los cuales causan ciertos cánceres, como los de cuello uterino, anal y orofaríngeo. Otros tipos son responsables de las verrugas genitales.
Vargas resaltó que la mayoría de los hombres y el 80% de las mujeres sexualmente activas adquirirán al menos un tipo de VPH genital en algún momento de su vida. El 50% de estas infecciones serán provocadas por algún tipo oncogénico del virus, en tanto que el 90% serán asintomáticas.
“Debemos saber que el HPV infecta únicamente las células de la piel y se propaga por contacto piel a piel. Los tipos de HPV que infectan la región genital y la garganta se propagan a través del contacto sexual”, aclaró el profesional de OSEP.
Alrededor del 5% de las infecciones por el Virus del Papiloma Humano permanecerán en el cuerpo pudiendo causar alguna lesión en el cuello del útero y derivar posteriormente en un cáncer. De allí la importancia de colocar la vacuna a los 11 años tanto a mujeres como a varones y realizar los controles ginecológicos en tiempo y forma.
Cabe recordar que, en todo el mundo, el cáncer de cuello uterino es el cuarto más frecuente en las mujeres, y se estima que más de 300.000 mueren cada año por esta enfermedad.
Estudios de control desde los 25 y cada 3 años
En cuanto a los estudios preventivos, en los últimos años ha crecido la evidencia científica acerca de la baja efectividad del tamizaje en población adolescente y adultas jóvenes.
En la Argentina, la tasa de mortalidad por Cáncer Cervicouterino en mujeres menores de 25 años es menor a 0,1 x 10.000 y, el porcentaje de defunciones por este cáncer sobre el total de muertes por cáncer en ese rango etario, es menor al 1%.
Además existe evidencia de que el tamizaje en este grupo poblacional tiene un impacto limitado en la reducción de la incidencia y mortalidad. Tomando en cuenta dicha evidencia, la reunión de expertos sobre tamizaje de cáncer de cuello de útero realizada por la IARC-OMS (Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, de la Organización Mundial de la Salud) en 2005, estableció como una de sus principales conclusiones que no se recomienda el tamizaje en mujeres de menos de 25 años.
En esta misma línea, en el año 2009, se realizó una revisión y consenso acerca de la edad de inicio del tamizaje para definir una política sanitaria a incorporar en el Programa de Prevención de Cáncer Cervicouterino del Reino Unido. A través del análisis de la totalidad de los casos de cáncer de mujeres de menos de 25 años, se concluyó que el tamizaje en este grupo de edad no tiene impacto en la disminución del riesgo.
Al mismo tiempo, hay un llamado de atención por parte de la comunidad científica acerca de los daños potenciales que puede generar el tamizaje en esos grupos etarios de mujeres. En menores de 25 años es frecuente hallar cambios que tienen que ver, por un lado, con las modificaciones biológicas a nivel del cuello uterino (metaplasia escamosa) y, por el otro, con la historia natural del VPH que muestra una resolución espontánea en el 90% de los casos al cabo de tres años.
Asumir estos cambios como patológicos llevaría a realizar numerosos tratamientos innecesarios en mujeres jóvenes, en quienes podría repercutir negativamente en su gestación futura. Asimismo, no es menor el potencial impacto psicológico de un diagnóstico de lesión precancerosa en adolescentes y mujeres jóvenes, incluyendo efectos negativos en su actividad sexual.
En estos grupos, según los especialistas, la consulta ginecológica debería estar orientada a la consejería en salud sexual, sin necesidad de su inclusión en el tamizaje cervical. Debido a los posibles efectos adversos del tamizaje cervical en adolescentes y adultas jóvenes y a la baja efectividad para reducir la incidencia y mortalidad por Cáncer Cervicouterino, las sociedades científicas americanas establecen que la citología convencional no debe realizarse en mujeres menores de 21 años.
En cuanto a la frecuencia del estudio, en la reunión de expertos llevada a cabo por la IARC en el año 2004, se concluyó que el tamizaje cada tres-cinco años permite reducir la incidencia del cáncer de cuello de utero en por lo menos un 80%, y que no hay evidencia de que el tamizaje anual en cualquier grupo de edad resulte en una mayor efectividad en la reducción de la incidencia o mortalidad por esta causa. Un estudio publicado en 1987 demostró que la protección brindada por una citología negativa es del 58%, y del 80% si dos citologías consecutivas son negativas. Esta evidencia ha sido la base para establecer la citología cada tres años luego de dos resultados negativos consecutivos con intervalos de un año.
En resumen, la recomendación médica es realizarse el PAP -principal método de tamizaje para detectar posibles lesiones en el útero que puedan ser cancerosas- desde los 25 a los 65, con una frecuencia de cada 3 años luego de 2 paps anuales consecutivos con resultados negativos.