Iniciando “este” año escolar nos encontramos ante una situación muy diferente de cualquiera vivida, en esta misma época, en años anteriores. El inicio 2022 nos plantea un reencuentro en el aula en un contexto de evolución de la pandemia que se presenta con características más favorables que el cursado 2020 y 2021; pero que aún mantiene elementos que nos demandan continuidad en el cuidado de nuestras conductas y acciones.
Siempre el final de las vacaciones de verano y el inicio de las actividades escolares es un momento de gran cambio tanto para los niños, niñas y adolescentes que vuelven a las aulas, como para sus familias, que vuelven a una rutina que parece olvidarse con el verano.
Este reinicio puede transformarse en una situación de estrés si no es previsto y nos sorprende sin algunas acciones de anticipación y planificación necesarias.
El retorno actual no es un retorno cualquiera, es un regreso que requiere que todos actuemos a conciencia, cuidándonos y cuidando al otro, para que podamos mantener los espacios recuperados que parecía que la pandemia nos había robado.
La expresión referida al “aula segura” no debe ser solamente una expresión o un eslogan, es algo que depende de nosotros y de la responsabilidad con la que cuidamos esos espacios.
Recordemos que el uso adecuado del barbijo, mantener las distancias y la atención a la adecuada ventilación de los ambientes son un acto de “cuidado del otro”, un acto de empatía hacia quien me acompaña en el camino, que puede tener una situación de salud física o emocional más frágil respecto al Covid.
Como agentes de salud también debemos reforzar la importancia de cumplir con los esquemas de vacunación, herramienta imprescindible para que los espacios educativos puedan desarrollar su tarea primaria de educar y socializar.
Debemos alentar a nuestros niños, niñas y adolescentes a desarrollar estos aspectos de cuidado personal, pero también de cuidado del “otro”, desarrollando la conciencia de valorar al que camina a mi lado para generar relaciones interpersonales asertivas y solidarias. En este sentido, el rol de las familias es clave como aliado de los docentes para transmitir un mensaje coherente y adecuado.
Nos falta camino aún en lograr un sistema educativo que iguale las posibilidades de todos los estudiantes, que vuelva a poner en valor el rol docente, que acerque a las familias a caminar por la misma vereda con la escuela. Nos falta camino a la hora de transmitir que la educación tiene como eje a chicos y chicas, pero también tiene otros actores que hay que cuidar y acompañar.
Hay una sociedad que ha demandado poner la educación en un rol central, rol que había perdido frente a otras temáticas cotidianas que nos afectaban. Hoy hay gran consenso en la importancia del aula, de las relaciones docente-alumno, de los vínculos entre estudiantes, de las interacciones entre familias. La escuela vuelve a ser mirada y valorada como ámbito privilegiado para todo ello. La virtualidad nos dio una manera perfectible de transmitir contenidos, pero también nos enseñó lo importante que es el contacto en el desarrollo de nuestros niños, niñas y adolescentes; también el contacto de sus docentes y padres.
Tenemos enfrente un nuevo inicio escolar, si actuamos con responsabilidad y cada uno hace su aporte, no esperando solamente que sea el otro el que construya, podremos recuperar los espacios perdidos, mantenerlos y mejorarlos.
Desde nuestros lugares hagamos cada uno lo mejor para este ciclo lectivo 2022.
Lic. Pablo Mazzitelli
Psicopedagogo – Adolescencia OSEP