Alimentación en la primera infancia – primera parte

La alimentación constituye uno de los problemas más importantes que enfrentan los adultos responsables de los niños en edad escolar.

En esta etapa, la voluntad infantil lleva a los niños a elegir cosas y, en este caso comidas, según su percepción sensitiva: colores, sabores, textura, etc. Habitualmente los alimentos elegidos con este criterio no se corresponden con los más adecuados para el desarrollo infantil y sí con los más deficitarios en nutrientes y perjudiciales para la salud.

Esta situación se plantea porque existe una gran pérdida de hábitos saludables en la población adulta y en los escolares. Aquí hay que destacar que los niños aprenden costumbres de su familia, es decir, si los adultos no comen verduras, los niños tampoco la comerán.

Falta de nutrientes

Elegir alimentos poco nutritivos conduce a malnutrición y al desarrollo de estados carenciales, sobre todo de micronutrientes. Esto es el resultado de no comer alimentos como verduras, frutas frescas y pescados.

Las deficiencias en vitamina D, ácido fólico y zinc son las más comunes entre los escolares de las sociedades industrializadas.

El otro extremo es el aporte excesivo de energía que puede desencadenar la obesidad infantil, uno de los grandes problemas de la actualidad.

Cambio de paradigma

Hoy, los objetivos de la alimentación infantil se han ampliado, no sólo se pretende conseguir un crecimiento óptimo, evitar la malnutrición y la aparición de enfermedades carenciales. Se pretende alcanzar la optimización del proceso de maduración, instaurar hábitos saludables y prevenir la aparición de enfermedades de base nutricional como obesidad, hipertensión o diabetes tipo 2 que afectan, inevitablemente, la calidad y expectativa de vida. Este objetivo debe cumplirse por parte de los padres, educadores y demás responsables de los escolares.

La ciencia ha demostrado que la mejor edad para asimilar buenos hábitos alimentarios y de salud es en la infancia temprana, en concreto entre los 3 y los 6 años. Hay que tener en cuenta que en cada etapa de la vida, las necesidades nutricionales de la población infantil están condicionadas por el crecimiento del cuerpo y el desarrollo de los huesos, dientes, músculos, etc., así como por el ejercicio físico que realicen.

Consejos

La selección de alimentos debe realizarse para conseguir lo mejor para la salud y bienestar del niño y no con el objetivo de satisfacer sus caprichos.

Lic. Silvina Rodríguez Blanco

matricula 1163

Servicio de Nutrición y Alimentación- OSEP

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